sábado, 9 de octubre de 2010

Ego sum fati mercatore

A veces creo que somos tan solo unos vulgares mercaderes del destino, que vivimos enlazando casualidades y llevando consecuencias al mejor postor en un viaje interminable, del mercado del día a día, en un cambalache de suerte e infortunio, a veces no.

1 comentario:

Anónimo y orgulloso de ello dijo...

El camino a la mina rezuma de mineros; también se pueden ver sandías a los lados.
La Boca del Ello